Friday, April 27, 2007

Xec
Los atenienses nos envidiarían
Martiniano Alcocer Álvarez
(Publicado en Diario de Yucatán, 25/04/2007)
La democracia. En estos días de “guerra sucia”, ataques directos a la yugular de los rivales en la campaña y otras manifestaciones de lo peor que tiene la actividad —¿humana?— llamada política, todo lo cual genera desánimo y molestia entre los ciudadanos, no vendría mal un vistazo a la historia y, desde la altura de los siglos transcurridos, observar a quienes son considerados los inventores de la democracia: los atenienses de los siglos V y IV antes de Cristo para darnos cuenta de que, comparados con ellos y a pesar de todas las imperfecciones de nuestro régimen de gobierno, estamos mejor, pero mucho mejor que aquellos primeros demócratas.
Veamos: por principio de cuentas, sólo se consideraban ciudadanos los hijos de padre y madre ateniense y la ciudadanía era inaccesible para las mujeres, los esclavos y los extranjeros. Atenas tenía 200 mil habitantes, pero sólo 38 mil ciudadanos. Y entre los mismos ciudadanos no todos valían lo mismo: había unos más iguales que otros. Hoy, en nuestra democracia, el voto es —jurídicamente, o sea en la ley—, universal, libre y secreto y cualquiera, desde el más humilde al más encumbrado, del más pobre al más rico, del más ilustrado al más inculto, sea mujer u hombre, puede optar por cualquier cargo de elección y el voto de Felipe Calderón vale lo mismo que el de Juan de los Palotes o Martiniano Alcocer.
El aborto. Como pocos, el tema del aborto polariza a las sociedades y eso ha ocurrido últimamente con la mexicana, gracias a la iniciativa, ayer convertida en ley en la capital, de la diputación perredista que hace más fácil la práctica del aborto en determinadas circunstancias. El asunto es peliagudo, entre otras cosas porque involucra aspectos religiosos, morales y políticos, temas siempre polémicos y sobre los cuales hay que caminar como sobre ascuas, con extrema prudencia.
Sin embargo, hay que decir que tirios y troyanos parecen soslayar dos aspectos de suma importancia: la justicia y la educación. La primera porque si hubiera una justa y equitativa distribución de los bienes materiales, la pobreza no sería una justificante para el aborto (hay suficientes medios en el mundo para mantener a toda la población actual, pero están mayormente en manos de unos cuantos), y la segunda, porque con una sociedad educada y culta — además de justa—, muchas de las causas de los embarazos no deseados simplemente no existirían.
Si no hubiera grupos religiosos, políticos e intelectuales dominantes —burocracias privilegiadas— ni acumulación de los bienes en unas pocas manos, este mundo daría para que todos podamos vivir bien y sin angustias.
Los impuestos. Otro tema polémico es el de los impuestos, esa parte de vivir en sociedad que a nadie le gusta por los costos que representa, pero que es necesaria para mantener funcionando al gobierno que, mal que bien, nos hace falta para no desbaratarnos ni matarnos unos a otros.
Hoy que se habla de la reforma del Estado —que incluye la reforma fiscal— es importante conocer lo que piensan los ciudadanos respecto a este tema espinoso. Y uno de los instrumentos más confiables de medición son las encuestas. La más reciente de Mitofski nos dice: “En lo que respecta a la evasión fiscal, el 68 por ciento piensa que los mexicanos engañamos al gobierno a la hora de pagar impuestos e incluso es de destacar que si un amigo nos confiesa que no los paga, el nueve por ciento pensaría que es inteligente”.
Tome nota quien deba.
Punto de sal. Mitofski dixit: Tres de cada 10 mexicanos mayores de 18 años son totalmente ignorantes en geografía de México, aun aquellos con estudios universitarios.— Mérida, Yucatán.
malcocer@dy.sureste.com
http://martinianoalcocer.blogspot.com

Wednesday, April 18, 2007

Xec
A golpes por todos lados
Martiniano Alcocer Álvarez
La “guerra sucia”. A veces nos mueven a risa, nos divierte el ingenio que derrochan sus autores y festejamos las ocurrencias. Sin embargo, la “guerra sucia” que se ha desatado en todos los frentes políticos es un suceso que hay que ver y juzgar con toda la seriedad que el caso amerita.
Yo no sé si los analistas y estrategos de los partidos piensen que darles por sus lados flacos a sus rivales es una buena forma de lograr adeptos y, por consiguiente, votos, pero no creo que a fin de cuentas reditúe en nada bueno para la sociedad utilizar las flaquezas humanas o los errores, reales o supuestos, de los rivales para exhibirlos.
Hasta ahora, mayormente esta campaña ha servido para abonar el pesimismo de grandes núcleos de la sociedad, hartos ya de dimes y diretes, “trompos”, vacas misteriosas en el agua potable, casas que hablan y otras basuras que se han arrojado encima los candidatos o sus “room war”.
Es hora de conocer propuestas, de dejar de encerrarse en conciliábulos con cúpulas empresariales, religiosas y de otra índole para hablar casi en secreto de sus planes; es hora de que salgan a las plazas y a las calles, visiten las casas, pero no para dejar papelitos en los coches —y así contribuir a ensuciar más las ciudades—, busquen a los ciudadanos para convencerlos de sus ofertas.
Ya hasta guerra de festivales se han inventado últimamente y así mientras una va a Progreso con ex académicos, otro trae a la Plaza Grande a una caravana musical. Mejor que inviertan el dinero que reciben a carretadas en cosas más útiles que el pan y circo.
El Holocausto. El mundo conmemoró ayer el Holocausto, o Shoah, que no es otra cosa que la muerte de seis millones de judíos en los campos de concentración nazis. La fecha nos recuerda hasta qué punto son capaces de llegar la barbarie y la crueldad humanas, puesto que, como se sabe, la intención del régimen hitleriano era exterminar a los judíos, raza considerada inferior por los nazis que llegaron a dominar Europa entera de 1939 a 1945 en que fueron derrotados por los Aliados.
Hoy el mundo —cada uno de nosotros— tiene que hacer la promesa de que sucesos como el que ayer trajo al presente el recuerdo de esos millones de víctimas no se van a repetir nunca más.
Hoy los judíos, el pueblo de Israel —víctima principal pero no única del intento nazi de exterminio—, tienen que hacer también un serio examen de conciencia, porque en muchos episodios de su historia turbulenta ese pueblo admirable y admirado —martirizado— ha actuado con crueldad y saña ante sus vecinos de Palestina, como ellos, igualmente merecedores de una tierra donde fincar sus vidas y mecer sus sueños.
Presunciones y abusos. De un tiempo a esta parte —no sabemos bien por qué— nuestros periódicos se han llenado de presuntos y presuntas. Así leemos, por ejemplo, que en algún caso se analizaron “presuntas evidencias”, lo cual constituye, aparte de una palmaria contradicción, muestra de desapego al diccionario. Evidencia es: “Certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar. Prueba determinante en un proceso. Certidumbre de algo, de modo que el sentir o juzgar lo contrario sea tenido por temeridad. Y presunto es “aquel a quien se considera posible autor de un delito antes de ser juzgado” y también supuesto, o sea algo que se toma como hipótesis o base para un razonamiento o un juicio.
Nuestros periodistas harían bien en asomarse más seguido al diccionario. No se nos olvide que muchas personas tienen en el periódico su fuente de consulta.
Punto de sal. A Ernesto González Cansino lo acusan, entre otras cosas, de “presunto colaborador” de Xavier Abreu Sierra. ¡Atió!— Mérida, Yucatán
malcocer@dy.sureste.com
http://martinianoalcocer.blogspot.com

Tuesday, April 10, 2007

Xec
La lata de los impuestos
Martiniano Alcocer Álvarez
Malos cobradores. A nadie le gusta pagar impuestos, pero parece ser que a los mexicanos nos gusta menos que a nadie, como lo demuestran las cifras de la OCDE, organismo que agrupa a las naciones más desarrolladas y del cual México es miembro. Es “desde el punto de vista de la recaudación, el país con peor desempeño de la OCDE”. Tiene una recaudación total menor que el 20% del PIB, muy por debajo del 32% del promedio de los miembros de este organismo y ni qué decir de Suecia que es de 50% de su PIB.
Pero el fisco mexicano no sólo es el más malo a la hora de recaudar, sino que, desde 1980 (cuando los impuestos representaban el 16.2% del PIB), apenas ha subido 3.8 puntos (porcentaje de 17% en 27 años), ya que hoy llega al 20%, mientras que los demás miembros de la OCDE han elevado en 55% sus ingresos por impuestos.
Y estas cifras ¿quieren decir que los mexicanos somos desobligados, apáticos, enemigos del progreso? Quizá, pero esa sería en todo caso una parte muy breve de la verdad. Lo que realmente quieren decir —y lo dicen los expertos— es que el sistema recaudatorio de México es de los más pesados, anacrónicos y perseguidores del mundo. Todo lo quiere resolver con la política del garrote: o pagas o pagas y si no pagas atente a las consecuencias, pero eso sí, vas a pagar como si yo te estuviera haciendo el favor de cobrarte. No mueve un dedo para hacer menos pesado ese trance amargo de entregar una buena tajada de tus ingresos al fisco.
Eso aparte de que sólo nos “aceita” a unos cuantos cautivos mientras una mayoría se mueve a sus anchas en el impune mundo de la informalidad y la evasión y de que no hemos podido superar la desconfianza bien ganada que le tenemos a la autoridad que gasta alegremente lo que tanto sudor nos cuesta ganar.
Nueva gramática. Acaba de concluir en Cartagena de Indias, Colombia, el IV Congreso Internacional de la Lengua Española que, a quienes amamos este medio maravilloso de comunicación que es, como alguien dijo, nuestra patria común —de más de 400 millones de personas—, nos ha llenado de emociones y esperanzas.
Varios sucesos relevantes ocurrieron en los cuatro días —del 26 al 29 de marzo— que duró el Congreso, pero hoy queremos destacar uno en especial: el lanzamiento de la nueva gramática, que hace una exhaustiva puesta al día de las normas del español de aquende y allende el océano.
La última edición de la Gramática de la RAE apareció en 1931. En 1973, la Academia publicó el Esbozo de nueva Gramática, avance provisional de una nueva que no llegó a ver la luz.
El portal del CILE dice al respecto de la efeméride:
El I CILE, celebrado en Puebla en noviembre de 1998, acordó que la nueva sería una Gramática descriptiva y normativa. Se diferenciaría de las anteriores en la atención que debía prestar al español de América, en la línea de la nueva política lingüística panhispánica.Por primera vez en la historia de la lingüística la nueva Gramática, elaborada por las 22 academias de la Lengua Española con la colaboración de diversas universidades y centros de investigación americanos y españoles, presenta un mapa de la unidad y de la variedad gramaticales del español, con ejemplos precisos, y, lo que es fundamental, con la valoración en cada caso de la corrección o incorrección de usos. Es decir, pone de manifiesto que la norma del español no es la del español usado en España, sino que tiene un carácter policéntrico. Amén.
Los tianguis Como una plaga urbana, a vista y paciencia de la autoridad, se extienden sobre la sufrida epidermis de Mérida los tianguis, donde se expende de todo, desde rosarios hasta ropa de medio uso y comida antihigiénica y que se va apropiando de espacios, como las canchas deportivas, que deberían ser de uso común. ¿Quién le pone un hasta aquí a esta abusiva expansión?
Punto de sal. ¿Cuántos de esos caros hipiles —algunos de mal gusto, como el de los pericos—, tendrá Ivonne Ortega Pacheco?— Mérida, Yucatán.
malcocer@dy.sureste.com
http://martinianoalcocer.blogspot.com