Nos conviene poner la mirada en el Norte
Los intereses de México
Martiniano Alcocer Álvarez
(Publicado en Diario de Yucatán, abril de 2005)
Geografía es destino, dijo alguien y dijo bien. Alfonso Reyes lo resume así: “Por suerte o por desgracia, México está a las puertas de una nación poderosa”.
Los mexicanos estamos condenados a ser norteamericanos. Geografía dixit o más bien dictat. Estamos de este lado. Junto a la economía más grande del mundo. De modo que andar pensando en anfictionías y sueños bolivarianos no deja de ser un alarde de romanticismo —o de demagogia— en esta era de la globalización y el mercado. No decimos que sea malo, pero sí que es poco práctico.
Estamos lejos, desde la óptica de la economía —la moderna diosa del mundo—, de “nuestros hermanos latinoamericanos”, por más que con ellos nos unan raíces profundas como las del idioma y la herencia hispana. A la hora del intercambio comercial eso no cuenta o cuenta poco. Y somos un pueblo urgido de dinero y lleno de pobres y hambrientos.
No es ser egoísta, pero primero estamos nosotros. Nuestros intereses como nación apuntan al Norte, aunque nuestro corazón y nuestra cultura miren al Sur.
Tenemos más de 3,000 kilómetros de frontera con la nación más poderosa del mundo. Los pasos fronterizos entre México y los Estados Unidos son los más concurridos del mundo. Más de 25 millones de mexicanos viven en Estados Unidos.
En cifras de 2003 son 26.7 millones, de los cuales 16.8 millones son nacidos en Estados Unidos de ascendencia mexicana y 9.9 millones nacidos en México con residencia autorizada o no autorizada en ese país, lo que equivale al nueve por ciento de la población total de México y 3.6 por ciento de la estadounidense.
Los mexicanos radicados en Estados Unidos son la segunda fuente de divisas del país, por encima del turismo y apenas debajo del petróleo. Este año, según los cálculos oficiales, van a mandar 20,000 millones de dólares por los conductos oficialmente medibles (hay otros envíos cuyo monto es imposible conocer: los que traen personalmente los braceros por ejemplo) y en el año 2004 sumaron 18 mil 100 millones, según el BID, con lo cual este país se convirtió en el tercer mayor captador de remesas extranjeras, sólo debajo de la India y China.
El odiado Míster Bush declaró en Crawford, Texas, el 6 de marzo de 2004, durante una visita del presidente Fox, que en la última década el comercio entre Estados Unidos y México casi se ha triplicado, hasta 230,000 millones de dólares. “Hoy México es el segundo socio más grande de comercio de Estados Unidos y nosotros somos el socio más importante de México”, añadió. En el año 2002, según el Anuario Estadístico del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN), el país de origen del mayor número de inmigrantes legales fue México, con 219,380 —el 20.6% del flujo total—, seguido por India (6.7%) y China (5.8%). De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo) y el Banco de México, el monto de las remesas que llegaron a México en 2003 superó la entrada estimada de recursos por concepto de inversión extranjera directa (IED) y los ingresos aportados por los viajeros internacionales.
Las remesas fueron el equivalente al 79% del valor de las exportaciones de petróleo crudo, al 71% del superávit comercial de la rama maquiladora y 2.2 puntos porcentuales del PIB del año.El intercambio comercial de México con la región suramericana, no obstante los tratados de libre comercio firmados con la región, no alcanza ni mínimamente a compararse con el que existe con Estados Unidos.En 2002, el comercio México-Venezuela sumó 1,119 millones de dólares, 7 por ciento menos que en 2001 y 137 por ciento más que en 1994, año previo a la entrada en vigor del tratado de libre comercio entre ese país, Colombia y México. En el primer trimestre de 2003, según señala la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), las exportaciones de México a los países que la integran, incluidos Venezuela, Argentina y Brasil —los “socialistas” del área— y otros ocho fueron de 489.7 millones de dólares y las importaciones de 1,396.2 millones de dólares.
En ese mismo lapso, las ventas a Estados Unidos sumaron 34,000 millones de dólares y las compras 25,000 millones, de acuerdo también con la ALADI.
¿Quieren los apóstoles de la integración al Sur como nuevo destino manifiesto más argumentos para decidir si nos vamos a poner al lado del gritón Chávez o del Tío Sam? ¿No les parece que ya es tiempo de dejar atrás las ficciones de una política exterior de ensueños y bajar a la cruda realidad del mercado? Y para nada se trata de defender tesis como las que sustenta el presidente Bush ni apoyarlo en sus locas guerras santas. Muchas, muchísimas cosas podemos y debemos denunciar de la política del gran garrote resucitada por el vaquero texano.
Pero, a la hora de medir las cosas en pesos y centavos, tenemos que ver hacia donde más nos conviene. Graves carencias hay en México a causa de la pobreza y no se van a resolver con anfictionías ni sueños bolivarianos de mentes enfermas de populismo y delirios de grandeza. Hoy priva la ley del mercado. Vamos a sacar el mayor provecho de esa situación en beneficio de los mexicanos. Lo demás son quimeras y delirios de un socialismo trasnochado.Economía es también destino.— Mérida, Yucatán.
malcocer@dy.sureste.com
2 Comments:
También dicen: "Tan lejos de Dios y tan cerca de los EEUU"
La economía esta regida por la oferta y la demanda, no por el socialismo utopico de gente como Chávez o Evo Morales.
Buenas tardes:
Tine usted toda la razón Don Martiniano, podremos oponernos firmemente a las locas aventuras del cowboy Bush, pero dependemos de ese mercado natural que son los Estados Unidos. Nos queda muy lejos Sudamérica y Europa.
Saludos.
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