El que se va y el que llega
Xec
Martiniano Alcocer Álvarez
El que se va: hoy, martes 27 de noviembre, le quedan tres días al gobierno que encabezó Vicente Fox, primer presidente surgido de la oposición tras siete décadas de PRI. Cuando el próximo Xec salga —si Dios nos da licencia— estará en la Presidencia Felipe Calderón, panista de prosapia por quien nadie daba un bledo. ¡Qué cosas! ¿No?
Nosotros no somos nadie para hacer balances de lo ocurrido de 2000 a 2006, por ello nada más queremos decir que, no obstante todas las deudas que deja sin saldar don Vicente, muchas cosas han cambiado en este breve lapso de seis años, algunas —lamentablemente muy pocas— mérito del que se va. La historia, juez inapelable, se encargará de ponerlo en el sitio que merece.
Hoy, sin embargo, podemos decir que, gracias a Dios y para fortuna de ellos y de nosotros, el señor Vicente y la señora Marta se van ya al rancho. En la situación actual de poca utilidad puede sernos la “pareja presidencial”. Por su bien y el nuestro, que se queden a cuidar a sus nietos, montar a caballo y admirar su lago. Ellos sabrán si lo merecen.
El que viene: contra viento y marea —contra su propio partido inclusive y contra la voluntad presidencial— llega al poder Felipe Calderón. Por su bien y por el nuestro, todos quienes amamos a esta país debemos desear —y trabajar para conseguirlo— que le vaya bien. La situación actual es de extrema gravedad —inseguridad, narcotráfico, amagos fuertes de violencia social, pobreza...— y no podemos darnos el lujo de trabajar para que fracase.
Hoy hacemos renovados votos de esperanza porque haga una presidencia efectiva y eficaz, porque le alcance el tiempo para iniciar ya la impostergable reforma de las instituciones nacionales. Si somos ciudadanos bien nacidos —y se supone que lo somos— debemos sumarnos al esfuerzo de hacer de México una nación moderna, justa y amable para todos.
Los “debates”: en el ámbito doméstico la semana pasada y la antepasada fueron escenario de dos hechos relevantes: los mal llamados debates entre los tres precandidatos panistas y los seis priistas, respectivamente. De unos y otros habría que decir que les faltó asumir el riesgo de confrontar sus respectivos proyectos. Como un primer ejercicio, el llamado “debate” puede pasar, pero es necesario ya, tanto en las campañas federales como estatales y municipales, que los contendientes se suelten un poco, que por lo menos se miren, se digan las cosas frente a frente. Ya lo hemos dicho otras veces, el debate siempre es bueno, enriquece. Airear y confrontar las ideas eleva la condición humana.
Hay que dar ese paso. Y que no traigan fuereños, que cobran un dineral, a hacer lo que cualquier locutor del patio puede hacer.
Aun hay más: Raúl Velasco Ramírez, muerto el domingo pasado en la capital, fue un personaje de la televisión mexicana. Celayense, un self made man, el señor Velasco, con su frase de “Aún hay más”, fue cerca de 30 años el personaje más visto en todo el país y más allá. De su mano, la industria de la televisión mexicana se asomó a otras latitudes. Descanse en paz.
Punto de sal: los mexicanos de 18 a 22 años leen 4.5 libros al año. Más que la media de 2.9.— Mérida, Yucatán.
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