Wednesday, July 04, 2007

Xek
Cosas de la (doble) moral
Martiniano Alcocer álvarez
(Publicado en el Diario de Yucatán el 19/06/2007)
“Náñaras”. Cuando oigo que alguien se pone a sí mismo u a otro como modelo de intachable moral, de honradez impecable, de defensor de las causas de la verdad, me dan ñáñaras, una palabra que no admite aún el Diccionario académico, pero que significa algo así como escalofríos, cuzcuz, miedo, comezón en salva sea la parte... Y es que el hombre está hecho de claroscuros y pobre de aquel que no ha tenido ocasión de caer —o que se niega a reconocer que ha caído muchas veces— porque no sabe lo que cuesta levantarse y le es difícil entender y más comprender a su prójimo en desgracia. Y mejor no digo más.
Cuando oigo o leo que una autoridad habla de sancionar las faltas a la moral, me sucede lo mismo exactamente. ¿Faltas a la moral? ¿Quién y con qué criterios lo define? ¿Un beso en público o muchos besos en público son faltas a la moral? ¿La moral de quién? Yo creo que en estos casos la autoridad tendría que andar con pies de plomo. Y lo digo por las recientes redadas de los que la policía de Mérida cataloga como homosexuales —basada nomás en su apariencia— realizadas en la Plaza Grande y uno de cuyos argumentos es que cometen “actos reñidos con la moral”.
En una sociedad como la nuestra, que se precia de respetar el Estado de Derecho y las garantías individuales, hay valores más evidentes —iba a decir más importantes, pero no quiero caer en lo que critico— y más inmediatos que la moral —un valor que cae dentro de los límites de la intimidad personal— y que están tulelados por las leyes escritas —el Derecho Positivo— que son los que debe preservar la autoridad. Lo moral debe quedar en el ámbito de lo privado y sujeto a la recta y bien informada conciencia de cada persona.
¿Dónde están? Cuando apenas se va disipando el humo de la contienda electoral —resuelta para fortuna de los yucatecos casi en santa paz— y aunque todavía quedan asuntos pendientes en la última instancia jurídica, el Trife, uno se entera de que esforzados candidatos y candidatas perdedores van y vienen del Cono Sur, de Europa o de Estados Unidos a donde acuden a “desestresarse” y descansar de la friega.
Y uno piensa que dichosas esas personas que tienen recursos suficientes para, en vista de que los ciudadanos no les dimos el voto, salir en busca de paraísos en los cuales relajarse y sanar las heridas que les dejó la campaña y los daños causados a sus egos e intereses. Pero también se pregunta: Y los ciudadanos que sufrieron —sufrimos— sus desaforadas promesas, los que pusieron su confianza en ellos y ellas y que hoy están frustrados porque sus líderes no llegaron, ¿qué pueden hacer para “desestresarse”? La inmensa mayoría apenas tiene para llevar el pan a su casa y no puede estar pensando ni siquiera en ir a Progreso a tomar un baño de sol y comer un pescado. Como que esos sacrificados políticos no son precisamente solidarios con los que en ellos confiaron.
Vuelco. Comienza en breves días a materializrse el vuelco político que representó la victoria del PRI en la gubernatura, el Congreso y 59 ayuntamientos. En menos de 15 días, la nueva mayoría se hará realidad en la Legislatura y las comunas y dentro de mes y medio se cerrará el círculo con la toma de posesión de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco.
Los ciudadanos seguramente esperan que este golpe de timón sea en su beneficio y que puedan seguir confiando en la democracia. La señora Ortega Pacheco tiene un compromiso de inmensa envergadura con los yucatecos e, insistimos, ojalá tenga junto a sí a las personas idóneas para cumplirlo. Yucatán vale la pena.
Punto de sal. Esta noche de las 9 a las 10, por Trece TV, será la cuarta emisión del “Xek de letras”.— Mérida, Yucatán.
malcocer@dy.sureste.com
http://martinianoalcocer.blogspot.com

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